Mascotas

La llamada

Para que la llamada sea efectiva, lo primero, es conseguir que obedecer suponga una experiencia agradable para el animal.

 

Debemos utilizar siempre una misma palabra como orden (desde un simple “ven”, “aquí”, su nombre, un silbido…), y siempre en un tono optimista y agradable, nunca con tono enfadado, excesivamente imperativo o de castigo.

 

Las sesiones de educación cortas son más efectivas ya que evitan que el animal se sature y se aburra. También necesitamos empezar a trabajar en un ambiente tranquilo y sin distracciones para que el perro esté centrado en nosotros. En un espacio reducido, para favorecer la proximidad, daremos la orden que hayamos elegido e inmediatamente le premiaremos (con comida, un juguete… algo que le resulte muy atractivo y que podamos variar).

 

Una vez que el animal ya responda adecuadamente a la llamada en el entorno escogido inicialmente, pasaremos a trabajar la misma orden en un espacio abierto. Lo ideal es trabajar con el perro atado a un ramal largo sujeto por alguien que no le aporte ningún estímulo en absoluto. Simplemente ha de sujetarlo, sin tirar ni dirigir al animal, para evitar que se escape en caso de que falle el ejercicio. Si nadie nos pueda ayudar, podríamos optar por hacerlo nosotros solos con una correa extensible, pero es más complicado.

 

Repetiremos el ejercicio, premiando en cuanto acuda a nosotros y aumentando gradualmente la distancia de llamada. En caso de que falle, no premiaremos al animal, pero tampoco debe recibir un castigo. Otra cosa importantísima es que nosotros nunca nos acercaremos al animal: debe ser el perro quien venga a nosotros.

 

En una tercera fase, ya podemos trabajar con el perro suelto siguiendo el mismo método: llamar y premiar. Si no obedece a la llamada, nos aproximaremos al perro con tranquilidad, le ataremos y nos lo llevaremos de allí tranquilamente sin premiar ni castigar. La aproximación, repetimos, debe ser siempre agradable o, en el peor de los casos (en caso de desobediencia, huida…), neutra.

 

Recordemos que la eficacia de este ejercicio dependerá de factores como la edad del perro, su disposición a trabajar, la ausencia de estímulos que lo puedan distraer, etc. Debemos ser pacientes y constantes para obtener buenos resultados.