El seísmo ha causado miles de muertos y ha dejado parte del país totalmente desolado –casas destruidas, niños abandonados en la calle tras perder a sus padres...– y sin nada. Hace falta agua, comida, medicinas. Es decir, de todo.
Un drama que se está viviendo muy de cerca en la parroquia de Las Lomas. Uno de sus párrocos, José Miguel de Haro, coordina varios proyectos de ayuda a la población de este país a través de Acoger y Compartir, una asociación de ayuda cristina abierta a todos, creyentes o no (ver más información en la página siguiente). Entre ellos, la escuela de San Gerardo en la capital de este país, Puerto Príncipe. Este colegio, cuya ampliación se inauguró el pasado 13 de diciembre, atendía a diario a 1.200 niños. Ahora está totalmente destruido. 300 alumnos murieron en el hundimiento.
Acoger y Compartir ha recibido durante las pasadas semanas el apoyo de los escolares del municipio y las familias. Han sido muchas las personas que se han acercado a la parroquia de Las Lomas a ofrecer donativos, alimentos o medicinas (analgésicos, antibióticos, vendas y gasas....) para los afectados por el terremoto. Entre otros, también se han movilizado los centros escolares de Boadilla del Monte. Ayuda urgente que estaba previsto enviar a Haití en un contendor a finales del pasado mes de enero.
Ayuda municipal
Por su parte, el Ayuntamiento de Boadilla del Monte ha aportado, a través de Cruz Roja, 10.000 euros para ayudar a la población afectada por el seísmo.
PARA AYUDAR A HAITÍ
Campaña Compartir con Haití. Números de cuenta de la asociación Acoger y Compartir.
La Caixa
2100 5622 07 0200083804
CAM
2090 5601 87 0200007103
Caja General de Granada
2031 0001 55 0115338005
www.acogerycompartir.org
Más que una ONG
Acoger y compartir es una asociación que nació en Granada en 1997. ¿Una ONG? “No me gusta la palabra ONG”, asegura su presidente, el sacerdote José Miguel de Haro. “Nosotros apoyamos proyectos que por su tamaño o características no asumen las ONGs. Todo lo hacemos con voluntarios. Nadie cobra nada. Una ONG suena como algo más grande. Por eso nos gusta llamarnos asociación”. Para que todo sea transparente, están registrados como tal y auditores externos revisan cada año las cuentas de la organización.
La idea surge como resultado de una reflexión: “No se puede ser si nos desentendemos de los demás”. Su nombre tampoco es casualidad. “Somos una entidad cristiana abierta a creyentes y no creyentes, incluso a otras religiones. Un proyecto en el que tienen cabida todos, incluso aquellos que no pueden creer por el motivo que sea”.
Gracias a que cada trabajo se hace bien con voluntarios que no cobran nada, vía patrocinios o aportaciones de empresas y particulares; el 100% de los fondos que se recaudan van destinados, en su integridad, a los proyectos de ayuda y desarrollo.
Su labor se puede ver en alguno de los países más desfavorecidos: Niger, Burkina Faso, Senegal, Haití, Bangladesh, Brasil, Congo, Malí, Ecuador.... ¿Cómo? En forma de escuelas donde además se ofrece una comida principal a los niños (en Senegal, Niger, Haití...), bancos de alimentos, creación de consultorios médicos, maternidades o farmacias; apoyando el acceso a la vivienda (en Bangladesh, por ejemplo) a colectivos desfavorecidos... En Haití cuenta con varios proyectos.
Además de la escuela San Gerardo, en diciembre inauguraron en Chauteau 22 depósitos de agua. Tanques que recogen las aguas pluviales de la noche y que luego sirven para dar de beber o uso doméstico de la población de la zona. Una obra de año y medio de duración que se ha hecho gracias al Canal de Isabel II. La asociación colabora con Manos Unidas, Cáritas, FarmaMundi y Médicos del Mundo.