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Todo por una buena causa

Entrevista con Pilar González, delegada de la ONG Manos Unidas en Boadilla del Monte.

 

 

Pilar González lleva en Boadilla desde principios de los ochenta. Desde hace ocho años es la delegada en nuestro municipio de Manos Unidas, ONG católica de voluntarios para el desarrollo. Junto a esta gallega –nació en Pontevedra hace 60 años– hay algo más de 30 voluntarios en Boadilla colaborando con esta organización.

 

Su principal objetivo es obtener cada año los fondos necesarios para contribuir directamente con alguno de los proyectos que apadrina Manos Unidas en todo el mundo. Para ello, la delegación boadillense organiza mercadillos y distintos eventos durante todo el año, como el rastrillo que acaban de celebrar hace unos días en el Centro Comercial El Palacio. Con el dinero logrado ahí, más el que obtengan en el que celebrarán en abril en Las Lomas, financiarán el acondicionamiento y el material de una biblioteca en Argelia, un proyecto para el que necesitan 14.700 euros.

 

¿Cuándo empezaron con los mercadillos?  Fue a principios de los 90. En los inicios un grupo de amigas de la zona vendían mermeladas, confituras, pastas que nosotras mismas elaborábamos... El dinero así logrado se mandaba a la central de Manos Unidas en España. Allí decidían luego a qué proyecto iba destinado. Más tarde comezamos a montar los rastrillos en un local que nos debajaba el cura de Las Lomas. Ahora nosotros decidimos directamente el destino concreto de los fondos entre el abanico de proyectos de ayuda aprobados por la organización.

 

¿De dónde sacan todos los artículos que sacan a la venta? Nos los proporcionan los vecinos, los comercios, los restaurantes, las empresas... También nos ayuda el Ayuntamiento. A todos ellos les agradecemos el esfuerzo que hacen y su generosidad. Suelen ser artículos en stock, cosas que los vecinos no usan en sus casas, muebles, obras de arte...

 

¿Y cómo seleccionan cada año el proyecto al que van a destinar el dinero recaudado? La central de Manos Unidas es la que se encarga de supervisar y seleccionar cada proyecto. Lo hacen entre todas las peticiones que reciben de las diócesis o de las personas que van a recibir los fondos.  Nosotros escogemos, entre aquellos proyectos visados por Manos Unidas, uno de acuerdo a nuestras posibilidades a la hora de recaudar los fondos que se necesitan para sacarlo adelante.

 

¿Realizan luego un seguimiento del mismo? La labor fiscalizadora la hace Manos Unidas en cada país y sobre el terreno. Nosotros, cuando seleccionamos el trabajo que vamos a apoyar, sí mantenemos contacto directo con quienes van a recibir la ayuda, nos envían fotos de lo que están haciendo o les llamamos.

 

¿Qué tipo de iniciativas suelen apoyar? Por el propio objetivo de Manos Unidas, todo aquello que tenga que ver con una mejora de las condiciones de vida de los pueblos que la reciben. Hemos apoyado proyectos para la construcción de pozos de riego, bombas de agua, la construcción de hospitales, ambulancias, equipamiento de colegios, equipos informáticos para determinados coletivos, como las mujeres...

 

¿Los vecinos son generosos? Sí. La respuesta siempre ha sido muy buena tanto en el mercadillo de noviembre, en el pueblo, como en el que organizamos en abril junto a la parroquia de Las Lomas.