Conoce a

Prudencia al volante

 

Sus jefes dicen de ellas —sin por ello querer menospreciar a sus compañeros— que, en general, “son más prudentes, llevan los coches con más suavidad y con menos frenazos y acelerones —y eso lo notan y agradecen los pasajeros—. Además, tienen menos accidentes, y cuando esto sucede, son de menor gravedad que cuando los tiene un chico”.


Este mes nos hemos acercado a conocer a las ocho conductoras que trabajan en la empresa de autobuses de Boadilla del Monte (Empresa Boadilla). Ellas son Ainoa, Rosa, Cristina, Begoña, Ana, Susana, Yolanda y Luz María, la única que vive en Boadilla del Monte. El resto viene aquí a trabajar desde otros municipios de los alrededores (Madrid, Alcorcón, Móstoles...).

 

Ocho chicas en una plantilla de conductores —cincuenta en total—, predominantemente masculina (ellas representan el 16% de los conductores de la compañía) en un sector en el que la mujer poco a poco se está abriendo camino. Y ellas son un ejemplo de ello.


La mayor tiene 44 años de edad y la más joven 25. La más veterana en la empresa entró hace casi dos años, y la última en llegar apenas lleva más de dos meses.


A todas les gusta conducir. “Si quieres dedicarte a esto, te tiene que gustar”, dicen. Como muchas otras personas, llegaron a este sector procedentes del desempleo o en busca de un trabajo razonablemente bien remunerado y estable. “Continuamente salen ofertas de trabajo en las secciones de empleo de los periódicos para este puesto. Además, el sueldo no es malo y la mujer está totalmente equiparada al hombre: cobramos exactamente igual que nuestros compañeros”, nos cuentan.

 

Respecto a su trabajo, como todos los empleos, “tiene sus pros y sus contras”. Pros: “La remuneración, el buen rollo que hay entre todos los compañeros y, principalmente, con los jefes directos, los inspectores, encargados de organizar las rutas y vigilar el cumplimiento de los horarios, y que siempre están ahí para ayudarnos”.

 

Pero también destacan “la independencia y libertad que te da el no estar encerrada en una oficina con el jefe encima tuyo”. ¿Lo peor para ellas? “Principalmente tener que trabajar en festivos, fines de semanas o en fechas señaladas como Nochebuena o Nochevieja; las jornadas partidas cuando te toca; o que a veces hay días que no tienes ni un minuto para salir del autobús y estirar las piernas”, aseguran. Sin olvidarnos de “¡los badenes que hay en Boadilla! Aunque los pases a la velocidad mínima, acaban afectándote a la espalda. ¡Por no hablar de las averías que provocan a los autobuses y las molestias a los pasajeros!”, añaden.

 

¿Y qué decir de estos últimos? “Los viajeros, en general, se portan muy bien con nosotras. Sobre todo las personas mayores. Muchas nos traen caramelos o algún dulce para comer”. Lo que no quiere decir que tampoco les caiga, de vez en cuando, las correspondientes quejas, sobre todo si las rutas se retrasan por el tráfico. “Pero ¿qué podemos hacer ante los atascos?”.