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Alberto Cortez, un animal del escenario

El cantautor argentino Alberto Cortez vive desde hace más de 30 años en Boadilla del Monte. Hace unas semanas acaba de presentarse su biografía, titulada Alberto Cortez, la vida. Un recorrido por la evolución de su obra.

 

 

Un 11 de marzo de 1940, a las 8 de la mañana, nace Alberto Cortez en Rancul, provincia de La Pampa, República Argentina. Con doce años comienza a escribir sus primeras canciones, lo que le lleva a surcar un futuro como artista durante el resto de su complicada vida. Vive en Boadilla del Monte con su mujer, Renata, desde hace más de treinta años.

 

¿Cómo definiría su carrera como cantautor? En este mundillo hay gente que sube meteóricamente, pero yo no he sido precisamente uno de ellos. Llegar a un lugar reconocido cuesta muchísimo trabajo. Yo no he buscado el estar continuamente sacando discos. Pienso que un disco es un accidente en la vida de los artistas, es algo superficial que a mí no es lo que más me llena. Yo soy un animal de escenario verdaderamente. A mí lo que me interesa son los conciertos, es lo que más me llena.

 

En el verano de 1996, en Mar de Plata, sufrió un ataque cerebral y fue operado de una obstrucción de carótida. ¿Cómo ha influido este accidente en su vida profesional? Lo que más me dolió fue la pérdida de sensibilidad en la mano porque no podía cantar y tocar la guitarra a la vez. Tuve paralizado la mitad del cuerpo, pero he trabajado mucho para volver a recuperar la sensibilidad. Fue un bache terrible en mi vida, pero hay que buscar salida para todo.


Diez años después, en 2007, recibió el Grammy a la excelencia musical ¿Qué le ha hecho sentir este premio? Este premio se le suele otorgar a los mega-artistas, por eso me llenó de emoción cuando me avisaron. Es un gran reconocimiento de mi trayectoria artística, pero también tengo que decir que hubo cierto momento en el que pensé rechazarlo porque es un premio para la gente que vende muchísimos discos, y ese no es mi caso.

 

Esta biografía es, más bien, una novela donde hay opiniones de todo tipo. No es una biografía normal, sino que tiene historia. La autora, Laura Etcheverry, es una profunda admiradora mía. Ha estado cuatro años recabando información para escribirla. Pero realmente ha sido algo muy espontáneo. Es un recorrido de mi evolución como artista.

 

Lleva desde 1964 viviendo en España. Pero ¿cómo ha terminado estableciendose en Boadilla del Monte, donde reside desde hace más de treinta años? Efectivamente, he estado por otros sitios de España, como Barcelona, pero no me han acabado de convencer por diversas circunstancias. Llegué a Boadilla y me pareció un pueblo precioso, pues queda algo tremendamente atractivo para el que pasa por aquí. Por eso compramos una pequeña tierra en Montepríncipe y hemos ido construyendo una casa poco a poco, en la que vivo con mi esposa desde entonces.

 

¿Qué es lo que más y lo que menos le gusta de Boadilla? Lo que más es la evolución que este pueblecito ha tenido en cuanto al entorno, ya que empezó siendo muy pequeño y precioso desde el casco urbano, la gente, y, sobre todo, la cantidad de bosques en el que está inmerso. La naturaleza es algo que le da mucha vida a este lugar. Lo que menos me gusta, quizá, haya sido la autorización de un hospital en medio de una zona residencial, como Montepríncipe, que le resta tranquilidad a la urbanización. Y todo esto por cuestiones políticas del momento. Yo no soy muy amigo de los políticos porque no me generan confianza.