Transportes

Montepríncipe quiere acabar con los coches mal aparcados del hospital

 

Los vecinos de Montepríncipe quieren terminar con los coches mal aparcados en las calles y aceras de los alrededores del hospital enclavado en la misma urbanización. Vehículos de quienes acuden al centro y que, ante la imposibilidad de aparcarlo en el párking —por su alto coste o saturación a determinadas horas—, prefieren dejarlo en las calles de los alrededores, donde precisamente está prohibido el estacionamiento.

 
Para evitarlo, la Comunidad de Propietarios de Montepríncipe ha decidido controlar los accesos, con un sistema de barreras, de todas las calles que dan a la avenida principal de la urbanización. Una medida disuasoria que llevarán a cabo en breve y que permitirá, a su vez, mejorar la seguridad y reducir los robos en esta zona de chalés.

El cierre también afectará al aparcamiento del Centro Comercial de la urbanización, situado a unos doscientos metros del hospital. Sobre todo tras observar la saturación de esta otra área por el uso que hacen de la misma los visitantes al complejo sanitario.

Con la intención de paliar este problema, el Ayuntamiento de Boadilla instaló, a mediados del pasado mes de enero, las conocidas como aletas de tiburón, dispositivos que impiden ocupar los laterales de la calzada por los coches. La medida, según fuentes de la Comunidad de Propietarios, ha provocado que los coches aparquen más abajo.

Una historia de desencuentros
Los problemas de Montepríncipe —hasta la llegada del hospital, una tranquila zona residencial—, con este centro sanitario no son nuevos. Pero los desencuentros se han agravado a medida que ha ido creciendo el número de pacientes y visitantes a un complejo casi saturado y sin las plazas de estacionamiento necesarias para dar servicio al número de personas que acude ahí a diario.

Uno de los últimos episodios en este tira y afloja fue la paralización, por parte del Ayuntamiento, de las obras de ampliación que se estaban llevando a cabo en este centro de manera ilegal. El consistorio actuó tras la denuncia de los vecinos.

¿La solución a todo ello? Entre las posibilidades que se barajan, está la construcción de un aparcamiento subterráneo, con capacidad para 1.000 vehículos, en el mismo lugar que ocupa el actual. La gerencia del hospital también estudia, a su vez, poner autobuses para los empleados al objeto de que acudan en menor medida a su trabajo en coche.