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Nódulos y tumores cutáneos

Los tumores cutáneos que afectan a la piel u otros tejidos son muy variados. Carcinomas de células escamosas, mastocitomas, melanomas, lipomas, liposarcomas… Algunos benignos y otros más o menos malignos.

 

A menudo nos encontramos en consulta con animales que vienen porque sus dueños les han notado un bulto en la piel. Desde las orejas al rabo, pasando por los costados, las patas, el abdomen, el cuello… La localización de los mismos es muy variopinta, así como su naturaleza.

A veces, esos nódulos que apreciamos en la piel son glándulas sebáceas obstruidas y enquistadas. Otras, abscesos causados por cuerpos extraños clavados en la piel. Pueden ser yatrogénicos (causados por una inyección enquistada). O los hay que responden a un hematoma o una fibrosis por un traumatismo previo. En otros casos, lamentablemente, son de origen tumoral. 

La respuesta del veterinario cuando hay que diagnosticar un bulto, ante esta pléyade de posibilidades, suele ser hacer pruebas diagnósticas que nos ayuden a esclarecer la causa. Muchas veces el diagnóstico es fácil porque, en la exploración, queda bastante clara la naturaleza del problema. Pero otras, por mucho que indaguemos en la historia del animal, palpemos la masa, busquemos indicios y preguntemos al propietario, no podremos saber el origen sin recurrir a las pruebas complementarias.

Existen unos criterios de malignidad, que son normas muy poco precisas para poder intuir si una masa es, o no, maligna. Así, las masas redondeadas, pequeñas, aisladas y no adheridas en profundidad, dan aspecto de no malignas. Pero este no es un criterio cien por cien fiable. Hemos visto multitud de nódulos que parecen benignos y luego resultan ser malignos, y al contrario. Por eso los veterinarios recurrimos a hacer citologías y biopsias. Nos ayudan a discernir si estamos ante procesos inflamatorios, tumorales, infecciosos… y facilitan poner nombre y pronóstico al bulto. 

Pensad también que, cuando planteamos una biopsia, no estamos necesariamente pensando en cáncer. Pero, si ese es el diagnóstico, cuanto más temprano se sepa y se pare el crecimiento del mismo, mejor será el pronóstico para nuestra mascota. 

Si notamos algún bulto en la piel de nuestra mascota, debemos acudir al veterinario sin demora. Recordad que, si se plantea una biopsia o citología, no es porque sospechemos de un tumor, sino que es un procedimiento más para llegar a un diagnóstico (sea el que sea)..