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Energía: hogar, dulce hogar

Las chimeneas decorativas de biomasa combinan belleza, confort, seguridad, tecnología y ahorro.

 

Llega el invierno, hace frío, llueve, incluso nieva, nada invita a salir a la calle, ¡qué bien se está en casa!, disfrutando de la familia y las comodidades del mundo moderno. La chimenea crepita, el calor nos envuelve y de pronto... nuestra vista se embelesa con la visión del fuego que nos transporta a momentos y lugares olvidados o soñados.

 

Un soplo de aire cálido despierta nuestro sentidos, apetece leer, pensar, conversar, saborear un buen licor... En definitiva, esas pequeñas cosas tan sencillas y a veces tan complicadas y difíciles de lograr en el actual y tecnológico mundo moderno.

 

Y lo mejor de todo es que no se prescinde de la tecnología. Al contrario, nos aprovechamos de ella, para no tener que cargar leña, encender, hacer humo, limpiar cenizas, temor a que una chispa provoque un incendio, etc.

 

Hablamos de las chimeneas decorativas de biomasa, que combinan belleza, confort, seguridad, tecnología y ahorro.

 

Se encienden y apagan a voluntad, y se regulan con un teléfono o tablet, acomodan su potencia de funcionamiento a las necesidades del momento, informan al detalle de todos sus parámetros de funcionamiento...En definitiva, tenemos las ventajas de dos épocas.

 

Sin olvidar que la biomasa es una de las energías más ecológicas y económicas. Las cenizas sobrantes se pueden emplear como abono de las plantas y lo más importante, la seguridad es total, porque es imposible que haya revoco de humos o que se produzca monóxido de carbono en su combustión, ya que esta no está en contacto con el ambiente y ante una posible escasez de aire, la chimenea se bloquea, por lo que se puede dormir con ella encendida sin ningún problema.

 

¡Qué gran regalo para las fi estas que se avecinan!