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El infante Don Luis de Borbón: lo que dice su firma

¿Sabes que a través de la letra se pueden averiguar rasgos de la personalidad o del carácter? La grafología estudia la personalidad a través de los rasgos de la escritura. Sí, cada letra es única. Pero hay rasgos concretos y patrones que revelan determinados caracteres. Y es lo que estudia la grafología.

 

Un grupo de grafólogos de Boadilla nos acercarán periódicamente a determinados personajes famosos a través de su escritura.Han querido inaugurar esta sección analizando la firma de un personaje muy importante para Boadilla: el infante Don Luis de Borbón.

Para ello han trabajado sobre una carta manuscrita con la firma del infante fechada en el año 1779. Aunque a priori todo parecía correcto, durante el análisis detectaron que la letra podría no corresponder con la firma. Es decir, el infante podría no ser el autor de todo el texto; tan solo la había firmado. Lo que confirma una costumbre muy común en la época: los nobles únicamente firmaban las cartas previamente escritas por sus escribanos. Por este motivo, y ante la duda, este estudio grafológico se centra en lo que pertenece y refleja realmente la personalidad del infante: la firma. Se trata de una carta del año 1779, escrita en Arenas de San Pedro, de una persona madura con su personalidad ya asentada: en esa fecha el infante tenía 52 años.

Análisis

El estudio grafológico de esta letra nos revela una personalidad ágil, equilibrada, sincera y con buena asociación de ideas.

Con carácter afable y tendencia a la espiritualidad. Vivaz, reflexivo y prudente, pero con iniciativa; planificador y siempre concluía sus proyectos.

Con amplio criterio y apertura de ideas, era tolerante con su entorno. Poseía un acusado sentido estético.

Persona madura (52 años), ha adquirido un buen control sobre el estado de ánimo, está contento con la situación que vive en ese momento, pero con una conciencia ligeramente exagerada de su posición y rango, siendo por lo tanto, fácilmente herible en su amor propio. Valiente, cercano a los demás sin ser agobiante, sabe perfectamente guardar las formas.

En resumen, estamos hablando de una personalidad extrovertida y sencilla teniendo en cuenta la época y la posición social del personaje.