Mascotas

El diagnóstico precoz (I)

Cuando hay una alteración de cualquier órgano o sistema, el organismo lanza mensajes de aviso. Son los síntomas. Muchos son difíciles de apreciar o no se les da importancia. A veces solo prestamos atención a los signos más llamativos y evidentes de la enfermedad. Pero hay otros que pasan desapercibidos. ¿En qué nos debemos fijar?

 

Fiebre. Puede estar provocada por problemas infecciosos (desde simples traqueítis a procesos severos causados por bacterias, virus, rickettsias…), inflamatorios, inmunomediados, tumorales.

Decaimiento. Signo altamente inespecífico. Puede ser por procesos infecciosos, alteraciones hormonales (hipotiroidismo), problemas comportamentales… No debemos pasar por alto el hecho de que nuestra mascota no se comporte del modo habitual.

Comportamientos anormales. Como en el caso anterior, estamos ante una manifestación muy poco específica pero importante. Desde no querer salir a la calle por un embarazo psicológico, reacciones de huida o agresividad por dolor, movimientos anormales y alteraciones del nivel de consciencia (por problemas cerebrales, demencia senil, problemas de conducta…)

Alteraciones de la micción. Nos debe poner sobre aviso de que algo va mal el que nuestra mascota orine excesivamente en volumen o frecuencia, que orine poco o no orine, que lo haga con dolor o apreciemos alteraciones en la orina (en color, olor, aparición de sangre…). Esto puede ser indica­tivo de obstrucciones, cistitis, cálculos, infecciones, diabetes, tumores, insuficiencia renal… Patologías que habrán de ser confirmadas o descartadas con pruebas complementarias (análisis de orina, de sangre, ecografías…)

Polidipsia. Que nuestra mascota beba más de lo normal es un síntoma que puede no ser fácilmente identificable, pero nos puede poner sobre la pista de enfermedades como la diabetes, el hiperadrenocorticismo…

Polifagia. Un apetito excesivo también puede alertar sobre enfermedades como la diabetes o el hiperadrenocorticismo. También puede ser la manifestación de un proceso de estrés, un indicio de un mal estado nutricional, etc.

Anorexia. La no ingestión de alimentos puede ser debida a alteraciones digestivas que cursen dolor (como problemas dentales), problemas tumorales, obstrucciones digestivas, procesos infecciosos.

Cualquier cosa fuera de lo que normalmente hace nuestro animal, debe ser tenida en cuenta. Puede ser un síntoma de que algo va mal y, al menos, debemos consultarlo con el veterinario.