Reportaje

Mart Yuls: “Lo que más me gusta es contar historias”

Julio Martínez, más conocido como Mart Yuls, se define a sí mismo como dibujante. Pero la realidad es que hace un poco de todo dentro del mundo del diseño. Es catalán de nacimiento, pero boadillano de corazón. Y su trabajo, merece la pena verlo porque no deja indiferente.



 

Tiene 36 años. Es ilustrador. Bueno, el prefiere la palabra dibujante. Bajo su nombre artístico, Mart Yuls, esconde interesantes diseños, cómic, dibujos, trabajos de diseño gráfico y maquetación… que realiza para distintas empresas nacionales y alemanas, país en el que residió durante varios años. Su verdadera pasión es el cómic y, como él dice, “pintar noticias o historias curiosas que llenen y diviertan”. Por cierto, que a partir de ahora veremos su trabajo cada mes en nuestra revista. Así que, bienvenido.

¿Por qué Mart Yuls? 

Mi nombre es Julio Martínez, me pareció curioso darle la vuelta al nombre y formar algo más original. En mi profesión es muy común tener tu propia firma o mote, para destacar.

¿Cuándo empezaste a dibujar? 

Esto viene desde pequeño. Siempre tuve esa inclinación por dibujar. Llega un momento en el que la gente se hace mayor y deja de dibujar, y hay otros que seguimos con ello. Cuando tuve conciencia de que podía llegar a ser una profesión, tenía unos 20 años. Empecé en revistas pequeñas, en publicaciones independientes, colaborando, haciendo cómics… Poco a poco te vas enterando de las diferentes ramas que tiene este campo, como diseño, ilustración… Luego, con los años, van surgiendo los primeros encargos.

¿Cómo llegas a dedicarte a esto? 

En mi caso, estuve en varias escuelas de arte públicas, pero me costaba mucho adaptarme a su disciplina. Los profesores tenían una mentalidad más reglada que se enfrentaba mucho a la mía. Digamos que soy más autodidacta.

¿Sitios en los que has trabajado? 

He hecho muchas cosas. Estuve mucho tiempo como profesor de dibujo y pintura. Cuando empecé, dirigí una revista de música que llegó a convertirse en la de mayor tirada de España. Se llamaba Todas las novedades y hacían un suplemento de cómics y libros, que era a lo que yo me dedicaba, aparte de las entrevistas. Siempre me ha gustado ir colaborando en diferentes medios y diferentes revistas.

Tienes tu propio estudio de diseño e ilustración. ¿Hace cuánto que lo montaste? 

Lo creamos hace 5 o 6 años. Hacemos soluciones creativas y gráficas para empresas y particulares. Desde un logo hasta un dibujo. Cualquier cosa que esté dentro de diseño, ilustración, animación, incluso aplicaciones para móviles. Sin entrar en programación profunda, sólo lo que tenga que ver con diseño. Somos dos en el estudio. Una alumna que cogí como ayudante y luego como colaboradora oficial.

¿Os salen muchos encargos? 

Trabajamos sobre todo para Alemania. Estuve viviendo en Berlín y allí empecé el estudio. Durante un tiempo, trabajamos para distintas empresas alemanas de importancia como Pritt. Actualmente seguimos teniendo muchos encargos de este país. 

¿Y cuándo viniste aquí? 

Llevo viviendo en Boadilla toda la vida, pero regresé aquí hace unos meses y monté el estudio en Campamento.

¿Se puede vivir de la ilustración? 

En España es complicado porque está poco valorado, pero también depende de lo que te muevas y de estar atento a las oportunidades. No es mucho peor que un científico.

Pienso que en España aún hay un contraste muy fuerte. Por un lado, hay empresas que están muy concienciadas al respecto de nuestra labor; y por el otro, aquellas que se lo encargarían directamente a su cuñado, aunque no sepa dibujar, solo porque lo hace gratis. Incluso hay gente que piensa que un dibujante puede cobrar gratis a cambio de publicidad. Fuera de España, sí hay otra mentalidad.

Dentro de lo que haces, ¿qué es lo que más te gusta? 

Como he tocado muchos palos, siempre he tenido muy complicado definirme. Ilustrador, diseñador, pintor… La palabra con la que más me identifico es dibujante. Me parece que es una palabra que lo dice todo. Lo que más me gusta es contar historias. No necesariamente en cómic; con un dibujo también puedes contar algo.

¿Sigues dando clases? 

Muy eventualmente. A veces me llaman para dar una clase o un taller y me gusta mucho porque me oxigena. He dado clase en bibliotecas municipales, casas de la cultura… Donde más fijo estoy es en una academia de arte privada en Madrid, en el Barrio del Pilar (academia C10). 

Y ahora, ¿en qué estás? 

Pues ahora estamos con algo que me gusta mucho, que son imágenes para restaurantes. Yo había hecho mucha imagen para todo tipo de empresas, pero el tema de restaurantes y gastronomía es muy interesante. Para vivir de la ilustración te tienes que adaptar. Reconozco que mejor que estar todo el día con el Photoshop o el InDesing, preferiría estar con mis acuarelas, pero es lo que toca. Y dentro de lo malo, al final estás vinculado a lo tuyo.

¿Qué proyectos tienes para el futuro? 

En principio, mantener el estudio. Me encantaría tener cada vez más tiempo para sacar mis propios libros, historias y cómics. Al final, el objetivo es cada vez ser más libre e independiente para hacer lo que me apetezca.

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