Reportaje

Manuel Asenjo: un repaso a dos décadas al mando de la Policía Local de Boadilla

Tras 35 años de servicio en la Policía Local de Boadilla, las últimas dos décadas como jefe, Manuel Asenjo acaba de dejar la jefatura del cuerpo y ha pasado a segunda actividad. Es decir, le seguiremos viendo, pero en otro plano. Su historia es en gran medida la del cuerpo en el que ha trabajado durante todos estos años.

 

Se acabó el teléfono, en el que las llamadas, mensajes y notificaciones son casi continuos las 24 horas del día. O el estar alerta disponible las 24 horas al día los 365 días del año por si pasa algo.

Manuel Asenjo, nacido en Madrid hace 59 años, padre de dos hijos, y el mayor de seis hermanos, dejó oficialmente el pasado 15 de julio la jefatura de la Policía Local de Boadilla tras solicitar el pase a segunda actividad. Un estado previo a la jubilación al que pueden optar los policías municipales a partir de los 55 años.

¿Qué significa eso? “Principalmente haber dejado el teléfono oficial y trabajar, de lunes a viernes, con un horario”, resume a grandes rasgos para los que le conocen. Para los que no: “Aunque soy funcionario, siempre me he implicado bastante en mi trabajo. Ha llegado un momento en el que no ha habido horarios, en el que siempre estás disponible, el telefóno que puede sonar a cualquier hora cualquier día…”, nos cuenta. Y esa intensidad de trabajo ya se acabó.

Ahora mantiene el rango de oficial (es el policía de mayor rango del cuerpo) y el despacho en el consistorio. Pero ha abandonado toda función operativa y del día a día. Le ha sustituido como jefe el suboficial Luis Rodrigo y él ha pasado a ocupar otro plano, a cargo de labores administrativas, de apoyo y asesoría en el Ayuntamiento.

Manuel Asenjo deja la jefatura en un momento dulce en cuanto a la seguridad se refiere. Boadilla del Monte es el municipio de la Comunidad de Madrid con menor número de delitos por habitante entre los municipios de más de 30.000 habitantes, según los datos del Ministerio del Interior.

Atleta, licenciado en Sociología, ex profesor en la desaparecida Academia de Policía de la Comunidad  de Madrid, gran lector y viajero, amante del buen vino… y 35 años de Policía Local en Boadilla, que han dado para mucho.

¿Cómo aterrizó en Boadilla? Fue en el año 1983. Tenía 24 años. Llegué con mi Vespa roja buscando trabajo. Era entrenador de atletismo. Daba clases en colegios, institutos… Por las tardes en una escuela de atletismo en Moratalaz. Trabajaba aquí y allí. También con la empresa Unipublic puntualmente; en la organización de la Vuelta Ciclista a España y de otros eventos deportivos. Pero no tenía nada fijo. Ni vacaciones, ni pagas extras… Decidí entonces presentarme a las pruebas policía. Me presente en las oposiciones a Majadahonda. Y suspendí. Luego me presenté a las oposiciones en Boadilla, y aprobé.

¿Eran tan difícil como ahora? Era distinto. Ten en cuenta que yo era un atleta. Había sido subcampeón de España de 800 en categoría junior, y con 24 años mantenía ese nivel. En Boadilla, no sé por qué, las pruebas físicas contaban mucho. Y por eso elegí presentarme aquí. Todas las pasé con diez. Eran eliminatorias, así que al teórico llegamos muy pocos. Y aprobé.

¿Cuántos policías eran entonces? Yo era el número once.

¿Y actualmente? Ochenta y tres.

En cuanto a la seguridad, ¿la percepción de los vecinos de esos años es la misma que la de ahora? Bueno, Boadilla siempre ha sido un municipio tranquilo. Antes y ahora, aunque haya crecido.

Boadilla es el municipio más seguro de la Comunidad de Madrid entre los de más de 30.000 habitantes. Eso dicen los datos del Ministerio del Interior. Lo que tiene su mérito porque quizá sea más fácil ser más seguro que un municipio grande, como Madrid, pero no tanto si nos comparamos con municipios más pequeños.

En estos años en los que ha estado al frente de la Policía Local se han producido muchos cambios y avances en cuanto a la mejora de la seguridad. ¿Qué destacaría? Pues lo que más se ha notado son las cámaras de control de acceso y de tráfico. Su utilidad no es solo de manera preventiva, sino también con posterioridad a la comisión cualquier hecho delictivo. Han supuesto un cambio drástico muy importante.

Otra cosa muy importante es que ha sido la primera vez que nos hemos sentado a pensar y a hacer un Plan director de seguridad, que ha supuesto un cambio también importante en la forma de gestionar la policía. Sobre todo más acorde a un cuerpo que ha pasado de ser una policía que solo atiende los avisos a ser una policía preventiva, con un plan de actuación trazado...

Otro cambio que hemos vivido en estos últimos años es la creación de los Agentes tutores, en los colegios, y la Policía del Menor. Los tutores van a todos los colegios del municipio (públicos, privados, concertados…), algo muy raro de ver. Y no solo atienden temas de educación vial, que es lo más habitual; también los problemas del acoso o el bullying, las redes sociales…

Es novedad también la mediación en conflictos. Una mediación que ejercemos por cosas sencillas del día a día, previa  cualquier actuación judicial.

¿Se hacen muchas mediaciones? Sí… Entre vecinos, en los colegios… Nos permite parar un problema y solucionarlo a tiempo, antes de que sea más grave. Ahora también tomamos denuncias de manera coordinada con Guardia Civil, algo poco habitual en Madrid.

Guardia Civil y Policía Local mantienen una relación muy estrecha en el municipio. Incluso hay patrullas conjuntas, como sucede en los temas de violencia de género. Sí, somos compañeros de trabajo. Una buena relación con la Guardia Civil optimiza mucho nuestro trabajo. Y la colaboración recíproca en este sentido es algo habitual y constante

En violencia de género nosotros hacemos el seguimiento de la mitad de las víctimas registradas en el municipio [unas 30 mujeres con medidas de especial protección], y la Guardia Civil la otra mitad.

¿Y qué le gustaría haber resuelto que no ha hecho? Pues haber incrementado la plantilla de policías para tener el ratio de dos agentes por cada 1.000 habitantes (actualmente tenemos 1,6). Pero es un tema que, con las restricciones presupuestarias del Gobierno central, no depende tanto del consistorio. Lo mismo pasa en el cuartel de la Guardia Civil.

Ha conocido a muchos alcaldes… También Boadilla ya no es lo que era antes después de tantos años... Bueno, cuando llegué esto era algo muy familiar. En el Ayuntamiento había unos 50 empleados [actualmente hay más de 400], para una población que no llegaba a los 10.000 habitantes. Luego las cosas han ido cambiando…

Pero en resumen, para mí estos años con Antonio González Terol han sido los mejores.A veces hemos estado de acuerdo y otras no. Pero hemos trabajado a gusto. Se han puesto muchos medios y, sobre todo, mucho trabajo. Con trabajo, trabajo y trabajo es con lo que se saca todo adelante. Y eso se ha hecho. El resultado: nos han puesto la etiqueta Boadilla segura sin que nadie la haya pedido. Y eso es por algo.

Tampoco los policías de hoy son los de antes. Los 83 policías actuales están muy formados, tienen una gran vocación de atención al público. Sin su hacer, por mucho que el jefe sea muy bueno, nada sería posible.

Cambiando de tema... Es un deportista nato. Es habitual verle corriendo por el monte o en los campeonatos mundiales de policías y bomberos, de los que siempre regresa con medallas. Sí, es algo que he mantenido desde muy joven. Tengo el record de España de 400 vallas en mi categoría (veteranos) desde 2013, en el que quedé campeón del mundo en Brasil. Mis pruebas son el 400 vallas y los 800 lisos. Corro en veteranos, pero desde hace dos años me he dado un respiro por molestias en la espalda debido al estrés.

¿A qué se va a dedicar ahora? Bueno, hay muy trabajo administrativo diario. Colaboro también con la concejal de Seguridad.

¿Piensa ya en jubilarse? Bueno, eso ya lo veremos.

En todos estos años habrá pasado también por momentos difíciles. Sí. La muerte de dos compañeros, Miguel Ángel Cantero Oliva, al que un delincuente le quitó el arma y le mató. Tenía 23 años. Y la de mi hermano, Eduardo Asenjo, en 2008. Era policía aquí y falleció en un accidente de tráfico trabajando.