¿Cómo comenzaste a practicar este deporte? Yo era una niña muy activa y el médico me recomendó que hiciese algún deporte para descargar toda esa energía. Me apuntaron con dos años y medio a judo, con mucha dificultad para encontrar un kimono de mi talla porque la talla mínima era para cuatro años, y aquí sigo, con muchas ganas e ilusión.
Estas en el Centro de Alto Rendimiento deportivo (CAR). ¿Cómo es la vida allí? Entré hace tres años, cuando empezaron con un proyecto de tecnificación para judocas en el que nos convalidan los estudios y nos facilitan las horas de entrenamiento. Es un ambiente muy divertido en el que estás en contacto con otros deportistas de diferentes categorías. A diferencia de lo que se suele pensar de estos centros, no financian nada: todo corre a cargo de los padres. El hecho de estar becado no hace referencia a una ayuda económica, sino a la posibilidad de poder estudiar allí. En otras comunidades, sí que existe una ayuda económica, pero en la Comunidad de Madrid, no.
¿En qué competiciones has participado y cuáles han sido los resultados?
Cuando estaba en infantil segundo, quedé segunda de España. Y el año pasado, en la categoría cadete segundo, quedé tercera de España. El pasado mes de octubre obtuve medalla de oro en la supercopa de España de Vigo.
¿Cómo te ves a futuro? Es complicado porque implica mucho sacrificio, constancia y esfuerzo. Mi objetivo es ir a las olimpiadas. Si llego a las de Tokio, sería genial, pero soy consciente del esfuerzo que requiere. En el judo no subvencionan nada. En las competiciones no ganas ningún premio económico y los familiares tienen que hacer un esfuerzo tremendo para llevarnos y traernos por todo el territorio nacional. Si los padres no pueden, no hay nada que hacer.
¿Cómo se trata este deporte en los medios? No hay cobertura de ningún tipo, algo que sorprende ya que es el segundo deporte más practicado de España por detrás del futbol. Tal es el vacío, que este verano, para poder ver las olimpiadas, tenía que hacerlo online. No había nada retransmitido en directo.
¿Cómo compatibilizas el deporte con los estudios? Es complicado entrenando mañana y tarde. Realmente, de horas de clase son pocas y el centro nos ofrece unas horas por la mañana para entrenar. El problema es que una vez que salgo del centro, yo sigo entrenando en mi club de Alcorcón, por lo que cada día llego a casa a las 10 de la noche. Y a esa hora, ponerme a hacer deberes o estudiar, se me hace muy pesado. Intento aprovechar los fines de semana, pero hay veces que no puedo más.
¿Te da tiempo a hacer vida social?
La verdad es que toda la hago en el CAR. Somos gente de muchas disciplinas deportivas juntos en una misma clase. El tema de salir queda descartado o para el verano. Pero estoy contenta, me lo paso muy bien allí y practico un deporte que me apasiona y que es mi sueño poder vivirlo así.
¿Te gusta vivir en Boadilla? Por el tema de la comunicación no. A veces tardo casi dos horas en volver del CAR. Pero me encanta la tranquilidad que se respira aquí, aunque no esté mucho.